Nueve pesos será el precio final del pasaje para el 2025, y los usuarios no se sienten conformes con el servicio.
En mayo del presente año, el Centro del Metro de Monterrey, confirmó el aumento gradual de la tarifa por pasaje, pasando de los $4.50 a $9 en los próximos años. Esta nueva disposición de Metrorrey indicó que, a partir del primero de junio, el costo por pasaje aumentó un peso, representando un incremento de ingresos de 60 millones de pesos. Los cuales, según señaló Hernán Villarreal, Secretario de Movilidad y Planeación Urbana de Nuevo León, serían invertidos para la compra de nuevos vagones, la remodelación de las estaciones y el mantenimiento de ambos.
No obstante, estudiantes y trabajadores que forman parte de la población usuaria de este medio de transporte, argumentan que este incremento en el precio del pasaje no ha sido claramente justificado con estas supuestas acciones. Por el contrario, desde la percepción ciudadana, los niveles de inseguridad han incrementado, los vagones y estaciones siguen igual de anticuadas y los asentamientos de personas han generado retrasos y caos.
Los siguientes cinco apartados cuentan las historias de cinco diferentes jóvenes universitarios que toman el metro para ir a sus actividades académicas en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Hoy, nos hablan acerca de sus experiencias como usuarios y las afectaciones que este cambio de tarifas representa sobre sus vidas.
Karen Martínez: “Yo pensé que el aumento del precio era broma”
Por: Celina Lozano
Karen Natalia Martínez Reyes es estudiante de psicología en la Universidad Autónoma de Nuevo León y tiene un trabajo de medio tiempo como recepcionista. Karen utiliza el transporte público como su único medio de transporte diariamente.
Para ir a la universidad en un día normal, ella tiene que caminar de su casa a la parada del transmetro, por el cual espera aproximadamente entre 5 y 10 minutos para luego llegar a la estación “Sendero” del metro 25 minutos después, donde posteriormente tarda en llegar hasta la estación “Cuauhtémoc” alrededor de 15 minutos. Desde esta estación, Karen debe realizar un transbordo de línea para llegar finalmente a la estación “Hospital” para luego caminar otros 5 minutos y poder llegar a su clase a tiempo.
Hay algunas ocasiones en que Karen se encuentra frustrada por los tiempos tan subjetivos que manejan los servicios de transporte público de Nuevo León “el jueves, el transmetro se tardó como 36 minutos en pasar y llegué más tarde al metro y había más gente y hay veces que es tanta la gente que ya no puedes subir”.
“Hay días en los que ando bien asqueada del metro y hay otros días en los que me toca con clima y digo “bueno está bien”, hay días en los que me fastidia tanto tiempo y tanta gente y hay otros días en los que digo “bueno, al menos llegué a tiempo””.
A veces impresiona la poca transparencia que se tiene con respecto a los mantenimientos y usos a las ganancias que tiene este servicio de transporte, un ejemplo es la poca credibilidad que tenía Karen respecto al aumento de precio. “Yo pensé que el aumento de precio era broma, que no era verdad”.
Además de esto, Natalia como usuaria activa del metro espera mejoras en la infraestructura del servicio de transporte público en todos los ámbitos. “Creí que iban a poner clima en todos los vagones del metro o que tal vez pondrían un vagón más para que no se acumule tanta gente, pero no, no han hecho nada y nada más gastas más dinero”.
“El lunes que llovía, en los espacios donde no hay asientos, estaba cayendo agua desde arriba y el metro se empezó a llenar de agua, o sea estaba inundado adentro del metro. Los vagones de la Línea 1 no tienen clima. Hay máquinas para entrar donde pones el boleto pero en estación Hospital sólo funcionan 2 y las filas se hacen super largas”.
Karen, y muchos más usuarios activos del metro se sienten inconformes con estos aumentos siendo que no hay una justificación válida o notoria que motive y beneficie a la ciudadanía a pagar este precio sin sentirse disgustados. “No es mucho en el día a día, pero sí se nota cuando haces tu reporte del mes”.
Para mejorar la calidad del servicio del transporte del metro, Karen menciona que le gustaría que hubiera más seguridad, más vagones porque “es mucha la gente que lo utiliza y no alcanzamos todos a subir”. Además, para Karen es muy importante el tema de las áreas climatizadas en el transporte público por las olas de calor por las que ha atravesado el Estado desde hace años.
Los usuarios como Karen Natalia siguen tratando de ver cómo van a hacerle para que en el año 2025, según los comunicados oficiales, puedan pagar los 9 pesos por pasaje que esperan que sean para ese entonces. De ser así, para un día de jornada ya sea escolar o laboral por día serían 18 pesos y por 5 días de la semana casi 100 pesos solamente en el uso del metro. Dependerá de cada traslado, ya que hay personas que además del metro o transmetro toman rutas de autobús lo que aumentaría sus gastos diarios en transporte y afectaría su economía en un mayor grado.
Alexia Santana: “Desincentiva a las personas a usar transporte público.”
Por: Fernanda Peña
Estudiante de la facultad de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL, Alexia Santana, considera que en general su experiencia dentro del metro había sido positiva y libre de problemas, pero se encuentra preocupada por el aumento de precio. Además de causarle problemas individualmente con sus gastos, refiere que esto podría tener un efecto negativo en las personas y no motivarlas a usar el transporte público.
Ella es una de los muchos usuarios que utilizan el metro como transporte principal para llegar a su escuela o trabajo, y menciona que su tiempo de viaje depende de ciertos aspectos.
“Puede ser desde 40 minutos hasta una hora y media. Varía tanto porque no siempre tengo la oportunidad de que me dejen cerca de una estación de metro y me toca caminar por 20 minutos aproximadamente.”
Alexia se preocupa por el medio ambiente, especialmente en Nuevo León, en sus palabras: “Me parece peligroso en un estado tan contaminado como el nuestro…”
Esta alumna considera que no está 100% informada de las causas de este aumento de precio, sin embargo se enteró de este cambio por medio de los anuncios que pone el metro y menciona que una de las razones es la intención de mejorar las condiciones del transporte. A pesar de esto, Alexia no considera que las remodelaciones e infraestructura de este vayan en sintonía con el dinero que se pide a cambio de un boleto.
Al inferir sobre qué posible cambio haría Alexia para que el sistema de metro fuera más eficiente, ella dice: “En las ciudades donde éste tipo de transporte funciona mejor se tiene una planeación que no está tan enfocada en cruzar todas las líneas en un mismo punto, creo que debería haber un mejor posicionamiento para que Cuauhtémoc no sea el único punto donde las líneas se unen y que no haya tanto problema con la cantidad de personas que necesitan de éste espacio para trasbordar.”
Abigaírl Benito Ticante: “Un transporte con muchas áreas de oportunidad”
Por: Sebastián Herrera
Abigaírl, con 20 años, es una estudiante del Tecnológico de Monterrey que al no tener un automóvil, constantemente recurre al metro como su medio de transporte para moverse dentro de la zona metropolitana de Monterrey. Suele partir desde la estación inicial de la línea uno del metro, hasta la estación Cuauhtémoc, desde la cual puede moverse a pie libremente por toda la zona centro de la ciudad.
El trayecto de entre cuarenta y cincuenta minutos que Abigaírl recorre en metro, puede ser muy diferente según el día y la hora. Describe que durante días festivos es más compleja la movilidad al igual que en horas pico. Sin embargo, califica su experiencia como regular en su mayoría de los casos, sin ser muy buena ni muy mala.
Ante la perspectiva de Abigaírl, el aumento de los precios del metro no se ha justificado con cambios visibles o que mejoren la experiencia del usuario. Si bien ella se muestra esperanzada en que este cambio tenga buenos efectos en el mantenimiento del transporte, la realidad que se percibe es de vagones descuidados, viejos y con deficiencias en el aire acondicionado, describe Abigaírl.
Abigaírl a pesar de no usar el metro diario expresa su preocupación sobre los usuarios que sí lo hacen. “El metro lo uso 2 veces por semana, entonces no representa tanto una carga en mi economía, pero para las personas que se transportan diariamente, obviamente representa un peso en sus gastos diarios”, resaltó.
Las redes sociales fueron las encargadas, junto con los medios locales, de llevar a Abigaírl la noticia sobre los incrementos en los precios del metro. A su vez, resalta cómo fue que al principio llegaron vagones nuevos que hicieron pensar que habría un cambio verdadero en el metro, pero hasta ahí quedaron las acciones.
“Algo deben de estar haciendo para que no haya cambios visibles”, sostiene Abigaírl al hablar sobre el incremento en los precios. Además, agregó que se debería analizar el plan del gobierno para ver si realmente es lo mejor para los usuarios.
Abigaírl destaca que un cambio de administración sería pertinente para solucionar los errores que hay con el mal uso de los recursos que sucede actualmente. Para finalizar, Abigaírl cerró comentando que el metro es un transporte con varias áreas de oportunidad que deberían de ser revisadas a fondo para darles una pronta solución.
Juliana Hernandez: “¿Comer o ir a la universidad?”
Por: Axel Osuna
Juliana Hernandez Osuna es estudiante de negocios internacionales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es nueva en la ciudad, y como la mayoría de los ciudadanos sin transporte de uso particular, ha tenido muchos problemas con el transporte público, tanto en el tiempo de sus traslados, así como con el aumento de los precios del pasaje.
Su día empieza a partir de las 3 de la tarde. Para llegar a tiempo a su respectivo salón, tiene que salir de su casa 2 horas antes, y a pesar de tomarse tanto tiempo de anticipación, esto no les asegura que va a llegar puntual a clase. Últimamente, Juliana se siente frustrada y molesta por los manejos que ha tenido el sistema de transporte público de Nuevo León, ya que asegura que “no se prepararon lo suficiente para recibir a tantos estudiantes, y los mismos sufren las consecuencias”.
En cuestión de precios, describe que tiene muchas dificultades para poder gestionar los pagos de todos los viajes para ir a la universidad. “Hay veces que es comer o ir a la universidad y no te queda de otra”.
Al llegar a Monterrey, Juliana se llevó una gran sorpresa al ver que los precios habían subido radicalmente. “Yo no tenía contemplado gastar esa cantidad de dinero, pero por la necesidad tengo que hacerlo”.
Al comentarle a Juliana que el aumento de precio se debe a la supuesta intención de remodelar el sistema de metro de la ciudad, tanto las instalaciones de las estaciones, como la calidad de los vagones, refiere que “esto no justifica para nada el aumento. El gobierno de Nuevo León debe ser más consciente con sus ciudadanos, porque hay muchos que viven al límite día a día”.
Para Juliana mejorar la experiencia de los usuarios que utilizan diariamente el metro es indispensable “bajar los precios a los que tenían antes y tener más vagones, para que nosotros los estudiantes tengamos un traslado más rápido y eficaz. No estoy pidiendo algo del otro mundo, sino algo indispensable para nosotros los estudiantes”.
Cristal Contreras: “Yo siento que para subir el precio, debes primero mejorar la calidad del servicio; no al revés”
Por: Natalia Rodríguez
Rey Cristal Contreras es estudiante de primer semestre de psicología en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Su facultad se encuentra cerca de la Avenida Gonzalitos, por lo que utiliza todos los días la línea 1 del metro para ir de su casa, en el centro de Monterrey, hasta la facultad.
Anteriormente, utilizaba la línea 2 para dirigirse a Ciudad Universitaria, y con solo 18 años, lleva utilizando el metro como transporte principal por más de cuatro años. Durante este tiempo, ha presenciado y experimentado todo tipo de situaciones que la ponen en peligro y le dan una sensación de inseguridad.
Hace apenas dos semanas, Cristal se subió al metro que siempre toma para ir a la universidad, la estación Cuauhtémoc. Como es costumbre en esta estación, estaba llena de gente, y ya dentro del vagón y al estar todos amontonados, un señor no paraba de empujar a todos para que lo dejaran subir. Fue cuando otro sujeto golpeó al primero con el puño tras recibir el empujón. Así define Cristal su experiencia en el metro, estar siempre a la defensiva, cuidando que no te roben las cosas o te lastimen.
Previo a este suceso, la bolsearon a plena luz del día en la misma estación. El vagón venía lleno, como siempre, y Cristal llevaba su cartera en la mochila de la escuela. Cuando llegó a su destino, bajó al Seven para comprar algo, cuando se dio cuenta de que su cartera ya no estaba donde la había dejado. Indica que sintió a un chico detrás de ella, se veía sospechoso, pero tampoco quería pensar mal de él. Seguido de esto, acudió al módulo de seguridad de la estación para denunciar lo que le había sucedido, esperando que abrieran un reporte o si quiera tomaran nota de cómo lucía el sujeto. Nada de esto sucedió, por el contrario, le dijeron que no había nada por hacer, que “esas cosas pasan”.
Una experiencia similar le pasó a su hermana en la misma estación. Llevaba una sudadera puesta, donde tenía su celular en la bolsa de esta. De pronto, un chico que venía atrás de ella se lo sacó de la bolsa y salió corriendo. Ella lo persiguió hasta salir del metro y lo reportó con los guardias de seguridad. “Tampoco se salieron, no lo siguieron, no pasó nada”.
“Lo reporté porque es lo socialmente correcto, pero no sirve de nada. Es el primer contacto que tienes para denunciar algo que te pasó, y no estás obteniendo ninguna respuesta. Siento que tampoco te quedan ganas de darle seguimiento”.
Con respecto a los nuevos y futuros precios del pasaje, comentó que a pesar de que solo han subido un peso hasta el momento, la intención es que suba hasta 9 pesos, lo cual considera un golpe duro hacia la economía, y que sobre todo, no va de acuerdo con la calidad del servicio que ofrece.
Vagones insuficientes, grandes asentamientos de personas en horas pico, poca o nula seguridad, instalaciones descuidadas e infraestructura anticuada, no van en sintonía con un incremento de precio de esa magnitud, sostuvo Cristal.
Termina su testimonio diciendo que el metro como sistema de transporte público no es una mala idea, solo está mal implementada en este momento. Refiere que es una alternativa bastante útil y eficiente, pero que es necesario poner especial atención en estas problemáticas.
Desde su perspectiva, considera vital la integración de vagones nuevos, la óptima regulación del tránsito de personas dentro de las estaciones y la correcta capacitación del personal administrativo y de seguridad, para contribuir a la generación de un medio de transporte del que todas las personas puedan acceder, lo cual también invitaría a más personas a hacer uso de este medio y así fortalecer el sistema de transporte público.